Una vez, en Saint Dyfrig, cuando un profesor del departamento de Literatura lo invitó a leer un poema en el ordenador, Liam pulsó en «Cómo escuchar» y se llevó una decepción al encontrar meras instrucciones técnicas para poner en marcha la versión de audio. Lo que él esperaba encontrar eran consejos para escuchar poesía, y, por extensión, para escuchar en general, para escuchar de verdad, lo que se decía alrededor de él. Por lo visto le faltaba alguna habilidad básica para eso.
La brújula de Noé, Anne Tyler