Deberás estar atento, con los ojos bien abiertos y la mirada curiosa.
Deberás cambiar de lugar en vez de esperarla siempre en el mismo sitio, porque bien podría ser que ya haya pasado por allí y nunca repita su paso.
Deberás verla acercarse, reconocerla.
Tendrás que acercarte cuando pase por tu lado: si te distraes no la podrás agarrar ni de la trenza porque ésta cuelga hacia delante.
Si se te escapa no la persigas, porque corre mucho más rápido que tú.
Sólo aprende y permanece alerta para la próxima vez que te cruces con ella.
Me preguntarás: qué pasa si nunca más te la encuentras…?
No te preocupes ni me preguntes cómo lo sé…
Pero, si te mantienes en movimiento, te la volverás a encontrar…No lo dudes.
Texto: Bucay, J. El mito de la Diosa Fortuna, Integral, Barcelona, 2006, pág.158
Fotografía: Visualgal, José Luis Mosquera Outes